Mientras algunas personas no paran de buscar al ‘mejor’ psicólogo en Oviedo, otras encuentran al adecuado
Si tomar la decisión de acudir al psicólogo ya es un proceso complicado, no lo es menos elegir a qué profesional acudir.
Así, lo habitual es desgastar Google buscando palabras clave como «psicólogo en Oviedo», «psicoterapia en Oviedo», «mejores psicólogos en Oviedo», «terapia de pareja en Oviedo» o similares.
Es entonces cuando comienza el juego de la comparativa entre profesionales:
Comienzas a cotejar sus páginas web y curriculums…
A fijarte en el número de comentarios positivos en Google…
A tomar en cuenta la recomendación de amigos o familiares…
Y mira, no voy a ser yo quien niegue la relevancia de todos estos factores. Todos lo hacemos al intentar comprar o contratar algún servicio.
Sin embargo, si bien evaluar esas variables podrán ayudarte a encontrar a un buen psicólogo en Oviedo, ninguna te garantizará que este vaya a ser el adecuado para ti y ni mucho menos, el ideal.
Por encima de todo, existe un factor clave que determinará el éxito de tu próxima terapia psicológica.
Un factor que nada tiene que ver con qué tan bien le haya ido a tu prima Juana con su psicólogo, o el número de títulos enmarcados que tenga en la pared ese profesional.
Pero antes de que te desvele esa importante razón, permíteme que te cuente algo.
Cuando la recibí en consulta, se encontraba en una encrucijada…
María venía sintiendo que algo no marchaba bien en su vida desde hace meses.
La dificultad por la que María acudía a consulta, parecía una hiedra que había conseguido invadir todos los aspectos de su vida.
Literalmente, me comentaba:
«Mira, Julia.
Yo solía sentir pequeños momentos que me hacían sentir bien.
Tomar un café por Oviedo, dar un paseo por el Campo San Francisco o ver una película me recargaba las pilas.
Pero ahora constantemente estoy pensando en que mi vida no marcha como me gustaría y vivo en una montaña rusa emocional.
Y de verdad, es agotador.
No puedo evitar preocuparme sin parar por lo que pasará y cuestionar mis decisiones pasadas.
Y si hubiera hecho esto…, qué pasará si hago esto otro…
Lo peor de todo es que por muchas vueltas que le doy, nada de lo que hago parece funcionar. Te lo digo en confianza, a veces me apetecería poder desenchufarme.«
Sentía que tenía necesidades que ni ella comprendía y menos aún, conseguía hacer entender a su familia. El día a día en casa le generaba mucha impotencia.
Inevitablemente, la hiedra se entrelazaba y crecía en la relación con sus seres más queridos.
Con su problema todo el día a cuestas, ella se sentía más alejada:
«Bueno… cuando llego a casa no me apetece hablar demasiado.
En ocasiones, me siento culpable por no poder estar plenamente presente. Además, me preocupa que noten mi falta de energía y entusiasmo.
Ya no sé cómo hacer para cambiar esta situación. Parece que siempre tengo la culpa de algo y me cae algún comentario o reproche.»
No percibía que los demás pudieran comprender verdaderamente la situación y eso la hacía sentirse muy vulnerable:
«No creo que estén comprendiendo verdaderamente el problema. A veces me callo cosas porque no me siento entendida. Necesito que hagan algo diferente.»
Bueno.
Esta es parte de la historia de María, pero bien pudiera ser la de Juan, la de Carmen o incluso la tuya.
Una historia que aparenta ser única, pero que en realidad comparte muchos de los patrones que veo reflejados a menudo en las personas que acuden a consulta:
Persona atrapada en un problema y que busca una solución.
Si en algún punto de este relato te has llegado a sentir identificado/a de alguna manera, es posible que como sucedió en el caso de María y a continuación te detallaré, la terapia psicológica pueda ser una alternativa eficaz para ayudarte a salir de la situación en la que te encuentras.
Para liberarte por fin de esa hiedra, que de una forma u otra, ha conseguido invadir muchos de los aspectos más importantes de tu vida.
Sin esto, tu próxima terapia psicológica es muy probable que no dé resultados
Cuando María decidió ir a terapia, juntas planteamos cambios que le permitieron sentirse nuevamente comprendida y arropada por sus personas queridas.
Volvió a experimentar el sabor tostado del café y a darse esos paseos por el parque San Francisco de Oviedo que tan bien le hacían sentir.
En este logro fue decisivo aquel misterioso factor que te mencioné en un inicio.
Y este es precisamente el vínculo terapéutico que conseguimos establecer en consulta.
Un vínculo que no podrás medir ni sopesar a priori, tan solo experimentar.
Si María no hubiera percibido…
…que la escuchaba de forma activa durante sus consultas y caminaba a su lado durante la terapia.
…cuál era el sentido de lo que se hacía en consulta y su propósito.
…que la consulta era un espacio de seguridad para expresar de forma relajada sus preocupaciones.
No hubiéramos alcanzado la mejoría que María deseaba.
Verás.
Como en otras circunstancias, esa sintonía comienza a experimentarse desde el primer momento en que descubres a tu psicoterapeuta.
Yo no tengo ni idea si podré ayudarte con tu demanda o no.
Tampoco si, como en el caso de María, llegaremos a forjar un buen vínculo terapéutico cuando llegues a consulta..
Como te digo, eso es algo que tenemos que vivir.
Ahora, también te puedo decir, que llevo años formándome para crear un clima de entendimiento, escucha y comprensión que favorezca que esto ocurra.
Y un primer paso para no sólo decírtelo, sino también demostrártelo, es informarte de cómo trabajaremos juntos para abordar esa dificultad que ahora te preocupa.
Para que cuando acudas a nuestra primera consulta ya tengas una cierta imagen mental de con quién compartirás tu intimidad, de cuál es mi forma de ver la psicoterapia y de lo que podrías llegar a conseguir con ella.
Si esto tiene sentido para ti, hagamos entonces las presentaciones.

¿Qué puedes esperar de mí en consulta?
La chica tan sonriente de la foto soy yo, Julia Cuetos.
Soy psicóloga sanitaria y terapeuta familiar sistémica, y ejerzo como psicóloga en Oviedo en GENOS, Centro de Terapia y Mediación Familiar.
Lo primero que has de saber es que tengo la intención de que mi consulta se convierta en un nuevo espacio de seguridad para ti.
Un lugar donde generar un clima acogedor y cercano, que consiga que te sientas arropado desde el primer minuto.
En ella encontrarás la calma, tranquilidad y comodidad idóneas para que puedas reflexionar y expresar con libertad cualquier inquietud.
En cada consulta sentirás una mirada empática hacia tu situación.
Me esforzaré por entenderte y hacerme entender sin tecnicismos, ni etiquetas. Y por ponerme en tu lugar, sin imponerte mi visión.
Porque aunque estés pasando por una dificultad, nadie mejor que tú sabe lo que es más apropiado para ti.
Por otro lado, a través de mis lentes sistémicas, haré todo lo posible para abrir nuevos caminos en tu mente desde los que analizar tu situación actual y la historia de tu problema.
Te ayudaré a separar el grano de la paja y a descubrir ángulos que te enseñen nuevas formas de plantearte las cosas.
Por ejemplo:
Además, mi metodología de psicoterapia es esencialmente práctica y orientada a solucionar aquello que más te preocupa en estos momentos en el menor tiempo posible.
Me gusta pensar que no nos tiraremos meses hablando para no realizar ningún avance.
Así, entre consultas no te irás con las manos vacías.
Por el contrario, plantearemos tareas y ejercicios prácticos (algunos de los cuales te parecerán totalmente contraintuitivos e ilógicos) que cada día te acercarán un poco más a ese escenario lejos del problema que tanto añoras.
De acuerdo a lo que te comenté en un inicio:
No pretendo ser la mejor psicóloga, tampoco la ideal. Por el contrario, mi único deseo es ser la adecuada para ti.
Si te apetece que sea tu próxima psicóloga en Oviedo…
…y te ilusiona descubrir nuevas y eficaces alternativas para recuperar tu claridad mental, tan sólo contáctame a través del formulario que encontrarás al hacer click en el siguiente botón.
Simplemente, introduces tus datos de contacto, tu motivo de consulta, y responderé a tu mensaje a la mayor brevedad.
De otra forma, puedes contactar conmigo a través de la clínica GENOS, Centro de Terapia y Mediación Familiar.
