Fibromialgia y depresión: ¿Compañeras?

por | Otras compañeras | 2 Comentarios

Probablemente, si has acabado en este artículo, sea porque tienes un diagnóstico de fibromialgia y sospechas que también puedas “tener una depresión”.

Pero, ¿Qué es “la depresión”?

La palabra depresión está bastante extendida en nuestro día a día.

Sería raro que alguien te preguntara qué significa o a qué hace referencia esta expresión.

Es decir, ya existe un imaginario social sobre qué características puede englobar la palabra depresión.

Anécdota: cuando era pequeña me llamaba mucho la atención la expresión “tiene una depresión de caballo”.

Yo me preguntaba si era que los caballos tenían muchas depresiones.

No me convencía esa explicación y probablemente tampoco me convencieran las explicaciones que los adultos me daban sobre a qué se referían con esa frase.

Puede ser que cosas así me acabaran haciendo estudiar psicología..

Seguimos…

Lo más común es que alguien use la palabra depresión para hacer referencia a una persona con un estado de ánimo caracterizado por una tristeza intensa, prolongado en el tiempo y con incapacidad para tener un normal funcionamiento en su día a día.

La palabra depresión es, entonces, una etiqueta que ponemos cuando queremos hacer referencia a una persona que nos encaja en esa descripción.

Es sencillo, funcionamos así.

En lugar de decir: “estoy sentada sobre un asiento con respaldo, por lo general con cuatro patas, y en el que solo cabe una persona de color azul”; te digo: “estoy sentada sobre una silla de color azul”.

Usamos etiquetas como una forma de ahorrar palabras y como una manera de entendernos.

Bueno… de entendernos o al menos de intentar entendernos…

Por ello, en este artículo voy a usar la palabra depresión para usar un lenguaje común e intentar comprendernos.

Sobre los diagnósticos clínicos

Los diagnósticos, además de para intentar entendernos, son necesarios en muchos terrenos como el médico o el legal (como para solicitar una incapacidad) e incluso resultan importantes para que la propia persona pueda darle un significado a su sufrimiento.

Sin embargo, para mi trabajo en la consulta, para acompañar en el cambio, no lo son tanto. 

Me refiero a diagnósticos psiquiátricos del estilo: Trastorno Límite de la Personalidad, Trastorno Disfórico Premenstrual, Trastorno de Estado de Animo Disruptivo, etc.

No me estoy refiriendo a los físicos.

Saber que alguien tiene diabetes, cáncer o fibromialgia, pues sí es relevante. 

Lo sé, puede que ahora estés pensando:

«Oh, dioses. Una psicóloga que no utiliza diagnósticos psiquiátricos, ¿¡pero qué tipo de blog estoy leyendo yo!?»

Pero… si hemos dicho que son etiquetas, ¿hasta qué punto dan información sobre cuál es la situación particular de cada persona?

Yo te he dicho, que estaba sentada sobre una silla de color azul; pero…

¿Qué probabilidades hay de que la silla azul que tú te has imaginado en tu cabeza, sea exactamente igual que la silla sobre la que yo estoy sentada?

Entonces, vuelvo a preguntar:

¿Qué es «la depresión»?

Más concretamente:

¿Qué es para ti la depresión?

¿Qué te hace pensar que puedas estar pasando por una depresión?

¿Te lo ha dicho un médico, una médica, un familiar, un amigo o una amiga?

¿Lo sospechas tú?

Si tuvieras que explicar ese estado de depresión con momentos cotidianos del día a día, ¿Cuáles serían?

fibromialgia y depresión escenas

Hay veces que en consulta me encuentro con mujeres que acuden diciendo que ellas no estaban muy convencidas de venir pero que sus hijas, hijos, la peluquera o la fisioterapeuta, le han dicho que la ven mal y que igual le vendría bien pedir ayuda.

Entonces mi pregunta es la siguiente, ¿en qué notan esas personas que puedas estar pasando una depresión?

Y más interesante, ¿qué cosas diferentes van a ver en ti esas personas cuando hayas salido de esa depresión?

Bien, pues las respuestas a estas preguntas (y muuuchas otras que se pueden plantear), van a ser diferentes según quien las conteste.

Es probable que algunas respuestas se asemejen en algún aspecto; pero todas, todas, todas, van a ser diferentes.

Porque cada situación vital es diferente, cada historia de vida es diferente, cada persona tiene sus contextos diferentes y, de la misma forma, cada fibromialgia es diferente y cada depresión, también.

Lo que la evidencia científica dice sobre la fibromialgia y depresión

Algunos estudios refieren que las personas que sufren a la fibromialgia tienen hasta 3 veces más de probabilidad de padecer depresión.

Otros hablan de que aproximadamente el 60% de las personas que tienen fibromialgia también sufren depresión.

Esto ha llevado a la pregunta: ¿cómo se relaciona la fibromialgia y depresión?

Se habla mucho de un estudio de 1992 de unos señores llamados Hudson y Pope.

Plantearon tres hipótesis diferentes sobre la relación entre la fibromialgia y depresión:

  1. La fibromialgia como una manifestación de la depresión.
  2. La depresión como una consecuencia de la fibromialgia.
  3. La existencia de anormalidades fisiopatológicas comunes a ambas patologías.

Quise buscar algo más actual y encontré una revisión sistemática realizada por Løge-Hagen y colaboradores en el 2019, donde concluyen lo siguiente:

“Una cuarta parte de todos los pacientes con fibromialgia tienen depresión, y más de la mitad experimentaron depresión a lo largo de su vida”.

Vamos, nada nuevo, seguimos igual…

Pero espera… Wait, Wait, Wait…

¡¡Un momento!!

Por favor, vamos a poner la relación entre fibromialgia y depresión en su contexto…

La relación entre fibromialgia y depresión desde mis gafas

En mi opinión, desde mis gafas, estas hipótesis que vimos sobre la relación de la fibromialgia y depresión no tienen por qué ser excluyentes la una de la otra.

Muchas mujeres que tienen fibromialgia se han enfrentado a lo largo de su vida a situaciones intensamente estresantes, o incluso a algún acontecimiento traumático.

Es decir, el sufrimiento emocional puede ser un desencadenante de los síntomas propios de la fibromialgia.

(OJO, esto no significa su causa)

Pero es que, además, una vez que aparecen los síntomas te enfrentas a una nueva realidad mucho más compleja, que cambia todos los esquemas que tenías hasta el momento.

Los que tenías tú, y los que tenían las personas de tu alrededor.

La fibromialgia no solo te cambia a ti, te cambia a ti en relación a alguien, y a alguien en relación a ti.

Y además…

fibromialgia y depresión dolor

¿Tú no tendrías depresión si tuvieras que hacer frente a tu cuerpo?

¿Si tuvieras que enfrentarte a la incomprensión de tu situación?

¿Si cada día que te levantas no sabes si podrás afrontar tus obligaciones?

¿Si no sabes si tus seres queridos ese día lo entenderán?

¿Si tienes que perderte ese acontecimiento al que tantas ganas tenías de ir?

Como ya hemos visto en el cuaderno de trabajo gratuito: “Por qué si tienes fibromialgia y vas al psicólogo, ¡No estás loca!”; la llegada de esta molesta compañera de viaje, supone un impacto en todas las esferas de tu vida. 

Y este cambio es normal que, en muchos casos, provoque síntomas que podemos relacionar con la depresión.

No es que la depresión sea algo en lo que “caes”, o signifique que algo en tu cerebro se ha estropeado.

Significa que tu vida ha cambiado.

fibromialgia y depresión ajustes

Además, no vives sola, todas tus relaciones tendrán que aprender a ajustarse también a esta realidad.

Esta necesidad de ajuste, muchas veces supone una especie de duelo por la pérdida de la forma que tenías de vivir hasta ese momento.

Incluso por la pérdida de los planes o expectativas que tenías para tu vida y que ahora no sabes cómo se podrán desarrollar.

Todo esto, que se suma a los síntomas propios de la fibromialgia y que a su vez los agrava,  te puede hacer sentirte en una especia de agujero negro que no tiene fin.

Es decir, lo que llamaríamos depresión.

Bien, entonces, todo esto que estoy comentando en genérico es cuando hay que traducirlo en el contexto vital de cada persona.

fibromialgia y depresión relaciones

Las respuestas a esta pregunta, y la incapacidad que provoca, serán tan variadas como personas las contesten.

Puede ser que la fibromialgia esté agravando un conflicto familiar previo.

Puede ser que la fibromialgia se haya interpuesto en vuestros planes de tener hijos.

Puede ser que la fibromialgia haya supuesto un desequilibrio en la pareja.

Puede ser que la fibromialgia sea una compañera incompatible con tu profesión…

¡Puede ser un sinfín de situaciones!

¿A dónde quiero ir con todo esto?

Pues como hemos visto, sí, fibromialgia y depresión en muchas ocasiones aparecen juntas.

Pero la explicación no está en que tengan mecanismos fisiopatológicos similares o en algo sobrevenido del cielo.

Sino en cómo impacta la fibromialgia en la vida de una persona y cómo sus contextos relacionales son capaces de ajustarse.

Esos síntomas que identificamos como depresión, serían entonces una manifestación de que ese ajuste todavía no ha llegado al equilibrio necesario.

Es por eso, que si se mantienen en el tiempo los síntomas de la depresión, puede ser una señal de que la fibromialgia ha tomado el timón del barco y de la necesidad de cambiar de estrategias.

* Cuando digo “desde mis gafas” me estoy refiriendo a que nada de lo que aquí aparece tiene por qué ser verdad o funcionar. Simplemente es lo que yo puedo transmitir desde mi mochila y mi experiencia. Es decir, desde mis gafas.

* Quizás te interese echarle un ojo a esta revisión sistemática que menciono en el artículo.

2 Comentarios

  1. Elvira Castañeda Delgado

    Necesito ayuda para ayudar a mi hija tiene fibromialgia

    Me urge ayudarla

    Responder
    • Julia María Cuetos

      Hola Elvira,

      Te recomiendo que contactes con la asociación de fibromialgia que tengas más cerca de tu lugar de residencia. En este enlace tienes un directorio de todas las asociaciones de España: http://afigranca.org/asociaciones-de-fm-en-espana/

      Si necesitas más información o asesoramiento me puedes contactar a través de la página de contacto de forma privada.

      Un saludo

      Responder

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